Hay cuatro direcciones posibles, pero una que conduce al destino favorito. Arriba es una posibilidad. Arriba es una idea en potencia. Arriba es un deseo. Arriba es una forma de entender, ver y vivir la vida.
Caminamos con la vista levantada porque por encima nuestro pasan grandes cosas.
El sol de cada mañana.
La luna de cada noche.
Las estrellas de todos los cielos.
Un techo que nos protege.
Una luz que revela lo que está a nuestro alrededor.
Una promesa de algo que está por venir.
Arriba están los astros, los héroes, los gigantes.
Arriba están los seres que ya no están, pero ahí siguen estando.
Arriba están los que admiramos y los que seguimos.
Arriba pasan los grandes sueños.
Arriba pasan cosas que los distraídos no ven, que los ocupados se pierden, que los ansiosos no esperan.
Arriba es el futuro, es lo que estamos creando, es lo que aún no existe.
Arriba está, también, nuestra historia: porque elevamos el oficio heredado, la tradición aprendida, el pasado compartido.